Se ha escrito mucho sobre las personas tóxicas, qué son, cómo identificarlas y cómo "combatirlas", pero te has preguntado alguna vez si ¿tú eres una persona tóxica para los demás?
Naturalmente la respuesta automática es...
"¡NO!, ¿¡cómo voy a ser yo una persona tóxica!?"
Lejos de apostar aquí por la existencia de una personalidad tóxica, podríamos hablar de conductas que serían más o menos tóxicas, estas conductas las realizaríamos con mayor o menor frecuencia en nuestras vidas y las realizaríamos hacia pocas, muchas o todas las personas de nuestro entorno.
Por lo tanto, ya tenemos una dimensión o continuo en la que podremos situar a los demás y a nosotros mismos: en un extremo los que nunca son tóxicos con nadie en ninguna situación, y a medida que vamos desplazándonos y aumentando nuestra "toxicidad" (y permítanme la expresión) iremos realizando más conductas tóxicas, en más situaciones y hacia más personas, hasta llegar al extremo más radical y peligroso para los demás y para uno mismo.
Desafortunadamente a veces realizamos actos o comportamientos hacia los demás que si bien no nos definen como persona tóxica sí que genera "toxicidad" en los demás. En muchas ocasiones estas actitudes o comportamientos los hacemos sin ninguna maldad, desde la mayor de las buenas voluntades, pero es más importante cómo llega y cómo se interpreta el mensaje, que la intención del emisor.
Vamos con algunos ejemplos en forma de preguntas (puedes responderlas sinceramente, nadie se va a enterar):
- ¿Eres de las personas que antes de felicitar a alguien por algún logro le estás dando algún pero?
- ¿Cuándo alguien te cuenta un problema le dices o insinuas que no te interesa, que te gusta más cuando está alegre, le das un consejo general sin considerar que a lo mejor lo que necesita es simplemente hablar?
- ¿Tiendes a corregir a los demás cuando se equivocan al hablar o al hacer algo?
- ¿Sueles ser continuamente crítico con los demás con la idea de que lo haces por su bien, para que no se equivoquen, o para que mejoren?
- ¿Cuando estás con alguien estás continuamente hablando de ti mismo, en una conversación solo hablas tú?
- ¿Estás continuamente quejándote de lo que te pasa, de tu vida, trabajo, etc.?
- ¿Aprovechas las conversaciones con los demás para señalar lo negativo de las cosas, hablar de problemas, dar peros, anticipar desgracias?
- ¿Tiendes a culpar a los demás de tus problemas, de lo malo que ocurre en tu vida?
- ¿No das ánimos, abrazos o besos cuando alguien los necesita?
- ¿Utilizas (manipulas) a los demás para tu propio beneficio, usas a las personas egoistamente?
- ¿No utilizas tu sentido del humor (el que tengas) con los demás?, ¿con qué frecuencia e intensidad lo usas?
- ¿La gente no confía en ti, no te contaría un secreto, no dejarían que cuidaras a sus plantas, periquito o gato?
- ¿Tiendes a discutir fácilmente, estar a la defensiva, sientes que los demás te agreden con sus palabras o gestos?
- ¿Piensas que la gente es mala, no te fías de ella, tienes ganas de venganza?
Responder afirmativamente a estas preguntas no significa que seas una persona tóxica, naturalmente hay que tener en cuenta muchos más factores. Pero responder sí te puede ayudar a darte cuenta que tal vez hay cosas que puedes mejorar, tal vez estás proyectando un retrato de ti mismo a los demás que no te gusta especialmente. Darte cuenta de esto te puede ayudar a cambiar y a esforzarte para ser la clase de persona que te gustaría ser.
La conciencia es el primer paso para cambiar. La conciencia nos hará libres.
David Moleiro Melián
Psicólogo T-1799